7 de febrero de 2012

Ngäbe-buglé, el pueblo libre


La soberbia y arrogancia de un dictador disfrazado de presidente que apunta toda su artillería al corazón de la democracia de mi país tuvo como consecuencia una de las semanas más tristes que ha vivido el pueblo panameño.
La Comarca Ngäbe-buglé, en su merecido derecho de expresar públicamente su malestar por la falta de seriedad por parte del Gobierno Central referente a la discusión y análisis de proyectos mineros e hidroeléctricos que amenazan con alterar el ecosistema en sus tierras, llevó a cabo una serie de protestas que alimentadas por la poca o mejor dicho nula disposición de autoridades para dialogar acerca de la situación terminaron en acciones violentas, represión, abuso de poder, y tensión innecesaria a lo largo y ancho del territorio nacional.
Respecto a estos hechos hay ciertos aspectos que debo resaltar:

1.) ¿Era necesaria tanta violencia para que el Gobierno decidiera aceptar las condiciones de los dirigentes Ngäbe respecto a las negociaciones? ¿Qué impedía a la comisión de Gobierno viajar a tierras Ngäbe y buscar una solución a la situación?.

2.) Muchas contradicciones, especialmente las del Ministro Mulino (otro fiel partidario de la arrogancia) que su papel de autoridad de alto cargo no lo autoriza para poner en tela de duda las declaraciones provenientes de representantes de la Iglesia.

3.) Twitter jugó uno de los papeles más importantes por ser la red social más veloz (inclusive mucho más que los medios tradicionales) a través de los cuales hubieron opiniones tanto nacionales como internacionales y difusión de información multimedia principalmente.

4.) El pueblo Ngäbe le recordó a Martinelli que el pueblo es el que manda y que el uso del autoristarismo se paga caro. A nivel nacional se repudia el proceder de su Gobierno.

5. Ante la adversidad la unidad nos hace invencibles, siempre y cuando sea por una justa razón


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