El precio de nuestra Soberanía

Hace algunos días tuve la oportunidad de acompañar a un grupo de Diputados Centroamericanos en su visita al Canal de Panamá y me sentía muy orgulloso ya que es inevitable asombrarse ante esta maravilla, inclusive para los nacionales. Además realizamos un recorrido por los salones de exhibición en donde las autoridades pudieron conocer a fondo detalles del canal istmeño.

Reflexionando un poco sobre lo afortunados que somos los panameños en cuanto a nuestra riqueza cultural, natural pero sobretodo histórica tengo que reconocer que hablando sobre este último punto le debemos todo lo que tenemos (en especial un país soberano) a las luchas de grandes panameños impulsados solamente por el amor a su patria.

Ascanio Arosemena, un joven estudiante que no compartía la idea de otra bandera incrustada en el corazón de su país, fue uno de los primeros mártires del 9 de enero debido a un tiro por la espalda, murió a la edad de 20 años y con el firme ideal de un Panamá totalmente soberano.

Omar Torrijos Herrera, otro luchador en pro de la soberanía de la cual hoy disfrutamos todos los panameños, llevó a cabo una sabia campaña internacional que tendría como resultado la firma de los tratados Torrijos-Carter que supondría el traslado progresivo de nuestro Canal por parte de los E.E.U.U.

Otros mártires de la lucha por El Canal de Panamá: Maritza Ávila alabarca, Ascanio, Luis Bonilla, José del Cid Cobos, Teófilo Belisario De la Torre, Gonzalo A. France, Víctor M. Garibaldo, José Enrique Gil, Ezequiel Meneses González, Víctor M. Iglesias, Rosa Elena Landecho, Carlos Renato Lara, Evilio Lara, Gustavo Lara, Ricardo Murgas Villamonete, Alberto Nichols Constance, Estanislao Orobio W., Jacinto Palacios Cobos, Ovidio L. Saldaña, Rodolfo Sánchez Benítez, Alberto Oriol Tejada y Celestino Villareta.

Así que la próxima vez que visiten el Canal recuerden que gracias a estos notables compatriotas podemos disfrutar desde una cómoda butaca el increíble desempeño de esta infraestructura de clase mundial operada 100% por manos panameñas.