29 de abril de 2014

Mis primeros 21 kilómetros

Hace 11 meses empecé a correr, básicamente para dejar de fumar y romper mis amores con el sedentarismo, siempre con la ayuda de mi Coach Margareth Crespo, poco a poco empecé a tomar el hábito de salir a correr, cuidar mi comida, dejar la soda, la pereza de quitarme la sábana de encima a las 5 de la mañana, la comedera de "Chiwi" y las pintitas.
También al principio mucha gente me decía que estaba loco, que no era bueno correr muchos kilómetros, que iba  adelgazar demasiado y que lo tomara con calma.
Poco a poco vas mejorando y las cosas cambian, Walla!!! la gente que antes dudaba de tu compromiso con el deporte, ahora te respeta, te admira e inclusive te piden tips para empezar a correr. (ya me fui del tema)

Un buen día decidí correr los famosos 21 kilómetros de la carrera que organiza la hacienda de San Isidro en Pesé, ojo que ya había corrido varias carreras de 5k y llevaba 6 meses entrenando consistentemente, hago esa salvedad porque es recomendable subir las distancias progresivamente para evitar lesiones.
El cuento es que como siempre le pido ayuda a Margareth, le dije necesito un plan para entrenar y correr 21k, duró 2 meses, en los que hacía rodajes de 15, 21, 25km, repeticiones de 400, 300, 200, fartlek, gimnasio y demás.
Me tomé en serio lo del trainning sabiendo que esa era la única forma de llegar de pie y hacer un tiempo aceptable en esa distancia.

Algo que también me motivaba era que iba a debutar como corredor para la gente de Kilómetros por Alegría, fundacíón que dona Kms a entidades que apoyan a los niños que luchan contra el cáncer, cuestión que le ha dado más sentido a mi compromiso con el running.

Y así llegó el fin de semana de la carrera en donde participarían 1,400 corredores, conseguimos hospedaje en Las Tablas desde el día anterior donde la amiga Itabé, atención 5 estrellas pa' los pelaos y como siempre la adrenalina se hacía presente.
En la noche tuve que tomar una pastilla para poder descansar bien y evitar el clásico síndrome del "wachiman" que te da la noche anterior a una carrera, vale mencionar que todos los corredores nos fuimos a descansar después de la clásica pasta que nos daría combustible para runnear bien el próximo día.

La siguiente mañana ya en la imponente hacienda San Isidro a las 5:30 a.m. me di cuenta que nunca había visto tantos corredores juntos, parecíamos hormigas con ropa de colores, eso me dio un vértigo brutal, que se quedó conmigo hasta la partida. A las seis se anunciaba la partida para los corredores que íbamos a participar en los 21k, de nuevo el vértigo y el corazón latiendo a mil. Salimos al ritmo de la banda de música del Colegio José Daniel Crespo, esta era la vista...


Los primeros 5 kilómetros los hicimos volando, entonces me tocó bajarle un poco el ritmo sabiendo que el retorno de 10.5 km no estaba cerca ni tampoco fácil por la gran cantidad de pendientes que tenía la ruta que yo no conocía ya que era la primera vez que corría esta carrera e inclusive la primera vez que visitaba Pesé.
Desde el Km 6 empezamos a subir y bajar constantemente lo que te quita energía y exige las piernas, 2km antes de llegar al retorno llegó Héctor del Team Barracudas en su bici para darme electrolitos en un cartuchito de duro y subirme la moral.
Una vez di la vuelta en el retorno caigo en cuenta que la temperatura iba subiendo (con pleno sol dándome en la cara), entonces empiezas a ver cosas que te golpean mentalmente, como los corredores que recogen los pick ups porque se cansan, se lesionan o no se sienten bien.
Sigo adelante tratando de concentrarme en mantener la cadencia, braceo y despejar la mente miro abajo y veo escrito en la carretera: 14k, al principio de una señora loma, en mi mente pienso "todavía me faltan 7 kilómetros, esta vaina no se va a acabar nunca".
Cuando llega el momento en que sientes fatiga y empieza en tu cabeza ese mal pensamiento de parar a caminar, es otra lucha, es como otra carrera dentro de tu mente, para la que tienes que estar bien preparado.
En el Km 16 pasando un puesto de hidratación estuve a punto de caminar, pero alguien me gritó desde un carro "Vamos Kilómetros" reconociendo la camiseta que cargaba y me dije bueno yo no vine desde Penonomé a caminar y seguí corriendo aunque bajando el ritmo porque aún faltaban lomas.


Increíblemente apenas salí del área de pendientes cuando llegas al pueblo, la gente te aplaude, te anima y eso automáticamente te devuelve milagrosamente las energías, ya sabiendo que me faltaban un par de kilómetros me animé a subir el paso aún sintiendo un gran cansancio, no sin antes volver a la vida con un gatorade que me regaló una muchacha que veía la carrera, honestamente al acercarme a la entrada de la hacienda no tenía fuerzas para hacer un sprint como siempre me gusta hacerlo, y a 200 metros, me llega un bendito calambre, gracias a Dios estaba mi hermano al que recuerdo le dije "viejo vengo destruido", nos fuimos suave y a pocos metros de la meta  me dice "Dale", en efecto crucé la meta dándole gracias a Dios por esa oportunidad de hacer lo que me gusta.


Al final hice un tiempo de 1 hora y 36 minutos, lo gracioso es que después de cruzar la meta pensé, ya no corro más nunca en mi vida esta vaina de 21k...El próximo 18 de mayo vuelvo a correr 21k, esta vez en Panamá con muchas ganas de bajar mi tiempo, el running siempre da revancha.



Me quedo con esta foto, el running es correr contra ti mismo pero siempre con la ayuda de los demás, es el mejor valor que transmite esta disciplina, la solidaridad.



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