26 de mayo de 2016

Vencerse uno mismo

Llevo casi 3 años en esto del running, no tengo idea de cuantos kilómetros han recorrido mis piernas a estas alturas, pero hace poco mientras un amigo me mandaba fotos de mis primeras carreras, recordé cuando empecé a correr...
Siempre lo digo, no era tan bueno, corría en una calle de 300 metros de largo ida y vuelta por las tardes, tal vez ahí completaba  a duras penas pocos kilómetros. Definitivamente no era un corredor rápido, mas bien no tenía siquiera la confianza de salir hacia otras rutas por miedo a tener que regresar caminando a casa.

Ahora la situación es bastante diferente, he perdido la cuenta  de las carreras en las que he participado, mis medallas y podios van aumentado poco a poco y me siento orgulloso de ello, igual tengo los pies en la tierra porque sé que hay muchísimo por mejorar todavía como atleta. Sin embargo, en este camino que no ha sido corto ni fácil hay algo fundamental y tiene que ver con el hecho de que cada runner tiene una meta, tal vez bajar de peso, mejorar sus tiempos que es básicamente el objetivo final en muchos casos, ganar alguna carrera. Y lo interesante de esta disciplina es que no hay atajos, el trabajo duro y la disciplina es el único medio para lograrlo. 

He comprendido y aplico el principio de que cada día hay que vencerse uno mismo para poder tener la fortaleza de llegar a la meta que aspiramos. Es una serie de victorias mentales que te permiten complementar la preparación física que también es importante y da como resultado la confianza propia. Por ejemplo, ante una mañana o tarde nublada lo más cómodo es quedarse en casa, si hace calor evitar la fatiga y mejor salir a correr mañana...
Esas decisiones son la base de nuestro éxito o fracaso, mantenernos en nuestra zona de confort, esa que nos encanta a todos como buenos seres humanos, donde la comodidad se impone ante el esfuerzo y al final nos hace débiles. 

Quien no quiere apagar una alarma que interrumpe tu sueño a las 5:00 de la mañana un domingo, sabiendo que tienes que saltar de la cama para ponerte las zapatillas y salir a correr casi dormido los primeros kilómetros, preguntándote ¿Quien me mandó a meterme en esta vaina?. Pero después de vencerte a ti mismo y cultivar esa disciplina, te empieza a gustar la sensación de fortaleza que te da cumplir al pie de la letra con lo que te has propuesto en entrenamiento. Y no es una experiencia exclusiva de los corredores recreativos, profesionales, jóvenes o veteranos, nos pasa a todos por igual.

#KeepRunning   


No hay comentarios.:

Publicar un comentario